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sábado, 28 de noviembre de 2020

El alimento que todos los nutricionistas están recomendando para perder peso sin esfuerzo

 

Se trata de un producto natural y (sobre todo) barato y saludable


Los últimos meses del año es en los que más interés genera en todo lo que tiene que ver con las dietas para perder peso. Por eso es interesante saber qué alimentos puedes consumir a diario (o cuáles son aquellos que puedes utilizar para sustituir otros más grasientos). La clave es siempre la misma. Tienes que buscar cosas que sean saludables. De nada sirve que pierdas mucho peso con productos más o menos "milagrosos" (o con bebidas artificiales) si luego vas a ganar en unos días todo el peso que perdiste en unas semanas. Por eso es aconsejable que pruebes sobre todo productos naturales. Basar tu dieta en "comida real" va a hacer que pierdas más peso pero también que estés más sano.

Dentro de esos "productos naturales" puedes incluir todo tipo de cosas. No es un secreto que es necesario dejar de meterle azúcar a todo: ya consumimos bastante como para encima "engordar" la lista de productos azucarados. Pero estos sustitutivos no son los únicos que puedes aplicar a tu dieta diaria.

El nutricionista Miquel Girones, uno de los más seguidos en redes sociales, recomendaba hace días en su cuenta de Instagram otro alimento al que cada vez se suman más nutricionistas y que es muy bueno para la salud: se trata de la calabaza. Es un producto natural como pocos, barato (un kilo cunde muchísimo y puedes encontrarlo a un euro o menos en el supermercado), que hay durante casi todo el año y que te sirve para comer de múltiples formas.

Dicen quienes comen habitualmente calabaza que es apropiada tanto en verano como en invierno. En la época más fría conviene tomarlo en caldos mientras que en épocas de calor la puedes comer en ensalada o simplemente cocida con un poco de aceite. Esto nos sirve para recordarte que todos los días puedes encontrar en grupos presentes en redes sociales como Facebook recetas de "real food" que te pueden ayudar a cambiar tu alimentación.

Todo este tipo de dietas tiene una desventaja: no vas a ver los resultados de forma inmediata pero sí a medio plazo. Esa es la clave: ir adelgazando poco a poco pero de forma muy segura porque así lograrás acabar el año con menos kilos y con una salud de hierro. Lo notarás en tus análisis y en tu sentimiento del día a día.


miércoles, 11 de diciembre de 2013

PAN Y ANEMIA



Intentan elaborar pan con hierro para reducir la anemia 
Ainia Centro Tecnológico, dos centros de investigación y cuatro empresas alimentarias, dos de ellas españolas, llevan a cabo la investigación 

 Ainia Centro Tecnológico participa en el proyecto europeo 'Bake4Fun' para elaborar pan enriquecido con hierro microencapsulado en harinas integrales que contribuya a reducir la anemia, según ha informado esta institución en un comunicado. 

 Se estima que las deficiencias nutricionales por falta de hierro en la alimentación afectan a cerca de 1.500 millones de personas en todo el mundo, han indicado las mismas fuentes. La deficiencia de hierro puede provocar, en los casos más graves, problemas en el corazón, infecciones y otras complicaciones. 

 Para responder a la demanda de alimentos enriquecidos con hierro, Ainia, junto con dos centros de investigación y cuatro empresas alimentarias, dos de ellas españolas --Investigación y Desarrollo Panadero, S.L. (Indespan), y Emilio Peña, S.A. (EPSA)-- está tratando de obtener un pan saludable y elaborado de forma sostenible que permita la ingesta de hierro, así como de antioxidantes que ayuden a mejorar la flora intestinal. El producto obtenido es un pan que además de aportar beneficios saludables, también incorpora valor añadido en sus elementos sensoriales --principalmente el sabor-- para potenciar su atractivo. 

 El proyecto Bake4Fun, que acaba de comenzar, se centra en mejorar la disponibilidad del hierro en los panes mediante la tecnología de la microencapsulación, así como estudiar y analizar la influencia del pan obtenido sobre la flora intestinal, su índice glicémico y su estado oxidativo; para ello se utilizarán modelos animales. Los resultados definitivos se conocerán dentro de dos años. 

 La técnica de la microencapsulación, "una de las más demandadas en la actualidad por la industria alimentaria", se utiliza para mejorar la protección de principios activos de determinados alimentos e incrementar la absorción del hierro de los compuestos encapsulados. Este proyecto va orientado a aportar a la industria panadera nuevos productos saludables a través de la utilización de harinas integrales hoy en día no muy utilizadas y procesos de panificación innovadores.

miércoles, 30 de enero de 2013

Los peligros del 'tupper'


Las bacterias y el desprendimiento de aditivos del plástico, principales enemigos de estos populares envases 

 Llevarse la comida al trabajo en un 'tupper' es una costumbre cada vez más extendida pero no exenta de riesgos ya que, según ha comentado el profesor de la Universidad en Internet (UNIR) y experto en nutrición, Javier Tejedor, uno de los mayores "enemigos" de las comidas que se llevan en la tartera son las bacterias y los aditivos que se desprenden del plástico. 

 Y es que, aunque comer de 'tupper' puede ser "tan saludable" como hacerlo en casa, según Tejedor, hay que cumplir unos requisitos, a veces difíciles, como la refrigeración y el calentado en cristal. En este sentido, el experto ha avisado de que el transporte y su exposición a diversas temperaturas son los peligros más comunes a los que se expone la comida. 

 "Hay alimentos que se pueden contaminar si no tienen refrigeración. Por ello, se recomienda elevar la temperatura del calentado al 70 por ciento. De hecho, solemos calentar a 40 grados, por lo que habría que calentar los alimentos dos veces a la misma temperatura. Sólo así evitaremos las bacterias como la salmonelosis o 'E coli' que produce problemas gastrointestinales y diarrea", ha recalcado. 

 Sin embargo, el calentar a alta temperatura tampoco soluciona el problema ya que existen riesgos añadidos como el desprendimiento de aditivos en el plástico. En este sentido, Tejedor ha informado de que los plásticos de uso alimentario están indicados en la parte posterior con el dibujo de un envase junto a un tenedor. 

 Dicho esto, el experto ha recomendado utilizar aquellos con el icono que garantiza que es un material "apto" para entrar en contacto con alimentos; conservar la comida en la nevera y recalentarla a más de 70 grados con el fin de garantizar las mejores condiciones higiénicas; y procurar llevar platos compuestos, que contengan hidratos de carbono, proteínas y lípidos en las cantidades adecuadas, así como salsas y caldos ya que favorecen un calentado homogéneo en el microondas. 

 Por último, el especialista ha aconsejado evitar los rebozados y los filetes a la plancha, al igual que llevar vegetales como ensaladas de lechuga y tomate, ya que pierden sus propiedades y su textura.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Babas de caracol

Tanto la carne como las espumarajeantes secreciones de este molusco son comestibles y muy nutritivas, aunque nuestro pudor alimentario ha hecho que desechemos las babas. Éstas no son más que una secreción mucosa que facilita la locomoción del caracol, ya que reducen la fricción del cuerpo con el terreno. La baba, también llamada limacina, lo ayuda además a regular la temperatura corporal y lo protege de infecciones bacterianas y fúngicas y de las agresiones de los depredadores, como las hormigas.

Rica en proteínas y polisacáridos, la secreción del molusco era muy apreciada en la antigüedad -comemos caracoles desde al menos la Edad del Bronce, hace casi 4.000 años-, pues se recogía y mezclaba con agua o leche. En realidad, no era para disfrutar de su textura y sabor, sino porque la gente creía que era la mejor receta para evitar... ¡la caída de los testículos!

En cualquier caso, el caracol -con baba o sin ella- es un alimento muy recomendable, ya que aporta pocas calorías -60-80 kcal por cada 100 gramos-, casi como el pescado blanco; y su carne es baja de grasas. Por otro lado, es generosa en proteínas, que contienen aminoácidos esenciales, y minerales, como el magnesio, el potasio y el hierro.

sábado, 10 de noviembre de 2012

El arado perjudicó a la gente del Neolítico


La expansión de la agricultura dañó nuestra salud
Hace unos 10.000 años, cuando muchas poblaciones humanas comenzaron a cultivar la tierra y adoptaron un modo de vida más sedentario, se produjo un descenso generalizado de la altura de los individuos y un considerable empeoramiento de su salud. Esta es la conclusión a la que llegó la antropóloga Amanda Mummert, de la Universidad de Emory, en Atlanta, que llevó a cabo el primer estudio a gran escala sobre los efectos que tuvo en nuestra especie la introducción de la agricultura.
Según señaló en la revista Economics and Human Biology, en general tendemos a asumir que tener acceso a una fuente estable de alimentos repercute positivamente en la salud. "Sin embargo, los primeros agricultores experimentaron graves deficiencias nutricionales y tuvieron muchas dificultades para adaptarse a sus nuevas condiciones, probablemente porque se volvieron dependientes de unos pocos cultivos".
Para Mummert, los asentamientos permanentes contribuyeron a extender las enfermedades infecciosas, ya fuera por su propia insalubridad o porque las comunidades convivían con sus animales domésticos. En cualquier caso, esta experta indica que este mismo fenómeno puede rastrearse en distintas zonas del mundo, desde el Sudeste Asiático a Europa, a partir de los restos obtenidos en las excavaciones arqueológicas.
El antropólogo George Armelagos, coautor del estudio, apunta que "los humanos hemos pagado un precio biológico muy alto por haber adoptado la agricultura, especialmente en lo que se refiere a la variedad de nutrientes. Incluso en la actualidad, obtenemos alrededor del 60% de nuestras calorías exclusivamente del arroz, el maíz y el trigo".

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las mujeres que leen las etiquetas nutricionales de los alimentos están más delgadas


Un estudio apunta que la diferencia de peso entre quienes leen las etiquetas y quienes no lo hacen es de cerca de cuatro kilogramos. Las personas que viven en zonas urbanas y las que tienen estudios universitarios son más proclives a leer las etiquetas. 

 Las mujeres que leen las etiquetas de los alimentos para saber cuáles son sus componentes nutricionales están más delgadas, según revela un estudio hecho por centros de investigación de distintos países, entre los que se incluye la Universidad de Santiago de Compostela (USC). 

 El estudio, divulgado este miércoles por la USC, apunta que la diferencia de peso entre las que leen o no esas etiquetas es de cerca de cuatro kilogramos. 

 La investigación ha sido llevada a cabo también por las universidades estadounidenses de Tennessee y Arkansas y por el Instituto de Investigación de Economía Agrícola de Noruega, según señala un comunicado. 

 El estudio indica que las personas que viven en zonas urbanas y las que tienen estudios universitarios son más proclives a leer las etiquetas, y mucho más las mujeres que los hombres. 

 El 58% de los hombres encuestados afirma leer habitualmente o siempre la información sobre el contenido nutricional, pero entre las mujeres la tasa alcanza el 74%, según el estudio. 

 La profesora de la USC María Loureiro, autora principal del estudio, que ha sido publicado por la revista Agricultural Economics, indicó que las mujeres que leen las etiquetas tienen un índice de masa corporal 1,48 puntos menor, mientras que esta diferencia es de solo 0,12 puntos en hombres. 

 Según la USC, el estudio concluye también que las personas fumadoras, que generalmente tienen un estilo de vida menos saludable y se despreocupan más de los que comen, suelen leer menos las etiquetas.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Los alimentos ecológicos no son mejores para la salud


Un estudio asegura que los productos que no han recibido ninguna sustancia química no son ni más nutricionales ni ofrecen más beneficios 

 Investigadores de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, aseguran que los productos orgánicos o ecológicos, que no han recibido ningún tratamiento químico de síntesis en su desarrollo, no son más nutricionales ni ofrecen más beneficios o menos riesgos para la salud que sus alternativas convencionales. 

 Así se desprende de los resultados de una revisión de más de 200 estudios publicada en la revista 'Annals of Internal Medicine', en la que no encontraron ninguna evidencia científica de que sea más sano consumir estos productos. Los estudios analizados incluían 17 investigaciones que comparaban a consumidores de productos ecológicos con quienes no los consumían y 223 estudios que comparaban los niveles de nutrientes, bacterias, hongos y pesticidas de diversos productos, incluidos frutas, verduras, cereales, carne, leche y huevos. 

 Todos los estudios fueron llevados a cabo con humanos pero ninguno, dicen los científicos, duró más de dos años, con lo que no es posible obtener conclusiones sobre el impacto a largo plazo de su consumo.

 Además, han reconocido que la evidencia disponible era relativamente débil y altamente variable, algo que "no les sorprende dadas las variantes que intervienen, como el clima y el tipo de tierra", según han explicado a la BBC. 

 De este modo, los resultados obtenidos muestran que las frutas y verduras, tanto ecológicas como convencionales, tienen cantidades similares de vitaminas. 

 La leche tiene la misma cantidad de proteínas y grasa, aunque algunos estudios mostraban que la ecológica contenía más omega 3. 

 Asimismo, detectaron que los productos ecológicos contienen más nitrógeno, lo que puede deberse a las diferencias en el uso de fertilizantes y la madurez de la cosecha, aunque en cualquier caso ven poco probable que esto ofrezca algún beneficio para la salud. 

 Estos resultados apoyan los resultados que presentó en 2009 una investigación de la Agencia de Estándares Alimenticios (FSA) del Reino Unido sobre las afirmaciones de la industria de productos ecológicos. 

 Dicho estudio encontró que las diferencias en el nivel de nutrientes de alimentos ecológicos y convencionales no es suficientemente grande para tener una relevancia para el público. Entre los nutrientes analizados estaban la vitamina C, calcio, hierro de frutas y verduras, carne, leche y huevos orgánicos y convencionales. 

 No hay diferencias convincentes 

 El profesor Alan Dangour, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, quien dirigió ese estudio, ha reconocido que "los consumidores eligen alimentos orgánicos por varias razones, sin embargo esta nueva investigación muestra que, actualmente, no hay diferencias convincentes entre el contenido de nutrientes o los beneficios a la salud de los alimentos orgánicos y los convencionales". 

 "Esperemos que esta evidencia sea útil para los consumidores", ha añadido la doctora Crystal Smith-Spangler, principal autora del estudio, quien ha señalado que hay muchas otras razones por las cuales la gente elige alimentos ecológicos, como "el bienestar de los animales o la preocupación por el medio ambiente". 

 No obstante, ha admitido que "hay quienes creen que la comida orgánica es siempre más sana y más nutricional", y es en estos casos en los que debería tenerse en cuenta que "no hay muchas diferencias entre los alimentos orgánicos y los convencionales". 

 Ante estos datos, la organización Soil Association, que promueve la agricultura y alimentación ecológica en Reino Unido, ha reconocido que el estudio tiene muchos fallos al tiempo que admiten que hay más estudios que demuestran lo contrario.

jueves, 19 de julio de 2012

Los neandertales se automedicaban


Un estudio internacional del sarro dentario de los fósiles de El Sidrón concluye que la especie que habitó la falda del Sueve conocía las propiedades medicinales de las plantas 

 Un equipo internacional de investigadores ha hallado la primera evidencia de que los neandertales no sólo comían una amplia variedad de plantas cocinadas, sino que también conocían sus propiedades. Y lo ha hecho a partir del sarro dentario de cinco individuos adultos y uno joven del yacimiento de Sidrón, en Piloña.

 En el estudio, cuyos resultados han sido publicados en «Naturwissenschaften» han participado investigadores de España, Reino Unido y Australia, entre ellos Antonio Rosas, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el museo Nacional de Ciencias Naturales y uno de los tres científicos principales -los otros dos son Marco de la Rasilla y Carles Lalueza-Fox- que investigan los restos fósiles del yacimiento asturiano. «Se está viendo que sobre todo en latitudes más al sur de Europa, como El Sidrón, los neandertales tenían un componente vegetal en la dieta nada desdeñable», asegura Rosas. 

 Hasta ahora se sabía que el hombre neandertal se alimentaba de carne, pero esta investigación avanza en el conocimiento de una especie que no deja de dar sorpresas. «La variedad de plantas que hemos identificado sugiere que los habitantes neandertales de El Sidrón tenían un sofisticado conocimiento de su entorno natural, que incluía la habilidad para seleccionar y usar ciertas plantas por su valor nutricional y curativo. Mientras que la carne era claramente importante, nuestra investigación apunta a una dieta bastante más completa de la que creíamos que tenían hasta ahora», afirma Karen Hardy, prehistoriadora, investigadora honoraria de la Universidad de York (Reino Unido) y directora del estudio. 

 Una investigación del año 2009 ya había identificado en los fósiles de Sidrón el gen de la percepción del sabor amargo. Ahora, se han encontrado pruebas moleculares que indican que uno de los individuos analizados había ingerido plantas de gusto amargo. 

 Stephen Buckley, investigador del centro BioArCh de la Universidad de York, cree que «el hecho de que este individuo hubiera comido plantas de gusto amargo, como aquilea o camomila, con poco valor nutricional, es sorprendente. Nosotros sabemos que los neandertales encontrarían amargas esas plantas, por lo que es probable que las seleccionaran para otras razones que fueran más allá de su sabor». 

 En el estudio se analizaron diez muestras de cálculos dentales de cinco neandertales. Los investigadores identificaron diversos compuestos orgánicos poliméricos mediante la técnica de pirolisis-cromatografía de gases -espectrometría de masas. Combinándola con la extracción y análisis de microfósiles de plantas, hallaron evidencias químicas consistentes con humo de madera quemada, almidón procedente de varios alimentos, dos plantas conocidas hoy por sus cualidades medicinales y bitumen o pizarras bituminosas.

 Marco de la Rasilla, profesor de prehistoria de la Universidad de Oviedo y director de las excavaciones, destaca la importancia que está teniendo en los hallazgos «la integración de las diferentes disciplinas y la unión de distintas informaciones». 

 «Evidentemente, los neandertales conocían el terreno, se movían por sitios específicos, el ejemplo es que en uno de los individuos se hallaron marcadores químicos de bitumen, lo que indica que probablemente visitó el yacimiento de pizarra bituminosa en Llames de Parres, a unos 15 kilómetros de El Sidrón, y que trabajó con este material. Lo importante es que la investigación sigue en marcha y lo que vamos conociendo de esta especie cada vez le da una dimensión más humana». 

 El grupo que residió en la falda del Sueve hace 49.000 años estaba formado por al menos trece individuos. El equipo reanudará las excavaciones en el yacimiento el próximo mes de septiembre.

viernes, 29 de junio de 2012

El estrés condiciona nuestra calidad de vida


Así lo afirman el 70% de los españoles según un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia  

Un alto nivel de estrés es para el 70 por ciento de los españoles el principal problema que mencionan cuando se les pregunta por su calidad de vida, según los resultados de un estudio 'on-line' del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), para conocer los factores que condicionan su bienestar. 

 Además del estrés, entre los aspectos negativos que determinan la calidad de vida están una mala condición física (para el 60% de la población), no disponer de suficiente tiempo libre (55%), estar insatisfecho con la situación económica (50%) o una mala calidad del sueño (40%) y de la alimentación (30%). 

 La percepción de la salud, de las relaciones interpersonales y del disfrute de la vida es mejorable para algo más del 20 por ciento de los entrevistados, si bien el 80 por ciento de la población considera que vive en un entorno adecuado y que su hogar es seguro y confortable. 

 Los resultados de esta encuesta, que publica el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), han permitido valorar la situación de la Comunidad Valenciana y compararla con la de Cataluña, la Comunidad de Madrid y el resto de España. Asimismo, ha sido posible valorar los factores que determinan la calidad de vida de los ciudadanos (salud, confort, seguridad, etc.) junto con una serie de necesidades relacionadas con ellos (descanso, alimentación, etc.). 

 El estudio, realizado entre mayo de 2011 y mayo de 2012, ha utilizado un cuestionario con 29 preguntas sobre la percepción que las personas poseen de su propia calidad de vida, que fue completado por un total de 6.471 personas. 

El resultado completo de este estudio se incluye en la publicación del III Foro sobre Innovación, Economía y Calidad de Vida, organizado por el Instituto de Biomecánica y la Asociación CVIDA en la sede del centro tecnológico. 

Los valencianos son los menos estresados 

 Los valencianos se consideran menos estresados (70,4%) que los catalanes (73,3%) y los madrileños (72,3%). Sin embargo, los valencianos son los que peor perciben su calidad de sueño, considerándola mala el 40 por ciento; por delante de los madrileños con un 39 por ciento y los catalanes con un 35,2 por ciento. En estas tres comunidades superan la media del resto del país que se queda en un 34,7 por ciento. 

 Solo un 14,7 por ciento de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid se muestran insatisfechos con el acceso a los servicios sanitarios, la asistencia domiciliaria o la teleasistencia. Este porcentaje aumenta al 22,8 por ciento en Cataluña y al 25 por ciento en la Comunidad Valenciana, situándose la media del resto de España en el 17,6 por ciento. 

 Los catalanes son los ciudadanos que piensan que necesitan conocer a más gente nueva (72,9%), frente a los valencianos (65,3%) o los madrileños (68,3%). Y a la pregunta "¿Dispone de suficiente tiempo libre?", el 40,7 por ciento de los valencianos cree que sí, mientras en Cataluña baja a un 36,8 por ciento y en la Comunidad de Madrid al 36,2 por ciento.