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viernes, 8 de abril de 2022

La ciencia descubre el misterio tras la irresistible mirada de los perros

 

Un estudio observa que una mayor presencia de fibras musculares de contracción rápida contribuye a la realización de gestos que facilitan la comunicación con el ser humano

Los perros son capaces de utilizar miradas y expresiones que son irresistibles para sus dueños. El misterio de esos ojos cuando quieren conseguir una golosina está en algunas características faciales claves que habrían influido también en la elección de esta especie para su domesticación.

Los perros son únicos por su vínculo recíproco con los humanos, que puede mostrarse a través de un mirada mutua, algo que no se observa en otros mamíferos domesticados como gatos o caballos, según Anne Burrows de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU), que presentó un estudio en el congreso Experimental Biology.

La investigación se centra en la anatomía de los pequeños músculos miméticos, que en los perros como en los humanos están dominados por fibras de miosina de contracción rápida, lo que explica por qué podemos formar expresiones faciales rápidamente, pero no mantenerlas por mucho tiempo.

En otros animales, como los lobos, aunque también dominan la fibras de contracción rápida, si se compara con perros tienen una mayor proporción de fibras de contracción lenta, más eficaces para los movimientos largos y controlados y no se cansan tan rápidamente.

Una mayor presencia de fibras de contracción rápida permite una mayor movilidad facial y un movimiento muscular más rápido, lo que hace pequeños los movimientos, como levantar las cejas y las contracciones musculares cortas y potentes, que se producen al ladrar.

Las fibras de contracción lenta, en cambio, son importantes para los movimientos musculares prolongados, como los que realizan los lobos al aullar.

“Estas diferencias sugieren que tener fibras musculares más rápidas contribuye a la capacidad del perro para comunicarse eficazmente con las personas", afirmó Burrows.

Las diferencias en la musculatura facial entre lobos y perros sugieren que las expresiones faciales desempeñaron un papel en la cría selectiva y la domesticación de estos, consideró el equipo.

"A lo largo del proceso de domesticación, los humanos pueden haber criado perros de forma selectiva basándose en las expresiones faciales que eran similares a las suyas”, indicó Burrows.

Así, con el tiempo, los músculos de los perros podrían haber evolucionado para ser "más rápidos", beneficiando aún más la comunicación entre perros y humanos.

En investigaciones anteriores, el equipo descubrió que los perros tienen un músculo mimético adicional que está ausente en los lobos y que contribuye a la expresión del "ojo de cachorro".

Los científicos señalan que es necesario seguir investigando y comparando los tipos de fibras de miosina, lo que podría arrojar nueva luz sobre las diferencias anatómicas entre perros y lobos. 


martes, 22 de diciembre de 2020

Carrot, el ciervo con una flecha clavada en la cabeza que visita cada invierno un pueblo en Canadá

 
Los vecinos y las autoridades han logrado recortar la flecha, porque extraerla podría ser mortal para el animal.

Lee-Anne Carver es una fotógrafa de vida silvestre que vive en Kenora, Ontario (Canadá). Desde hace mucho tiempo, un ciervo al que bautizó como Carrot ('zanahoria') acudía al jardín de su casa durante el invierno para buscar algo de comida. Pero este año había algo diferente en él.

Carrot apareció con una flecha clavada que atravesaba su cabeza de lado a lado. Tal y como recoge The Guardian, el animal no muestra ningún síntoma y se comporta exactamente igual que si no tuviera la flecha clavada.

Las autoridades locales le prometieron a Carver que no sacrificarían al ciervo herido, pero los funcionarios de conservación y los cazadores desaconsejaron quitar la flecha. Debido a que el proyectil probablemente esté previniendo el sangrado, extraerla podría reabrir la herida en su cabeza y causarle una infección.

Este miércoles, agentes de policía y personal del Ministerio de Recursos Naturales de la provincia de Ontario llegaron a la propiedad de Carver con la esperanza de recortar la flecha.

Después de numerosos intentos de tranquilizar al ciervo, incluido un dardo que se congeló debido al frío, los oficiales lograron sedarlo y cortar la mitad superior del eje de la flecha.

Carver tiene la esperanza de que la herida no empeore porque la flecha se caiga en los próximos meses.

Hace cuatro años, la ciudad de Kenora aprobó una ordenanza que permite a los residentes disparar a los ciervos con arcos y flechas dentro de los límites de la ciudad.

El caso de Carrot, según Carver, ha unido a la comunidad: "Internet es un lugar donde todo el mundo quiere discutir sobre algo. Pero Carrot parece estar unificando a la gente. Ha sido tan abrumador... mira toda esta compasión, que falta mucho en el mundo en este momento. Hay tanto sufrimiento en el mundo en estos días... Carrot también está sufriendo, pero se ha vuelto más grande que eso. Nos ha dado algo en lo que enfocarnos ahora mismo y algo en lo que amar. Y eso significa mucho".

El ciervo tiene su propia página en Facebook, donde recibe mensajes de apoyo procedentes de todo el mundo.


martes, 15 de enero de 2013

Los chimpancés muestran un sentido de la justicia similar al de los niños


Cuando hay que colaborar para conseguir una recompensa, los simios la reparten al 50%

Compasión por los demás, comunicación, uso de herramientas, lenguaje, cuidado de los mayores y las crías, chantaje… poco a poco, casi todas las actividades o sentimientos que se consideraban propios del ser humano han encontrado equivalentes en el mundo animal. Y la última es la idea de lo que es justo o no. Es la conclusión de un trabajo hecho en el Yerkes National Primate Research Center de la Universidad de Emory (Atlanta, EE UU) que publica PNAS. 

 El estudio ha consistido en una adaptación del juego Ultimatum game. En él, uno de los participantes debe elegir un objeto (una ficha que tiene colores diversos) que lleva asociado un premio, pero la obtención de la recompensa debe efectuarla otro concursante. Por tanto, ambos tienen que negociar cómo se reparten lo que van a ganar, porque si no el segundo no cooperará con el primero. 

 En la investigación se usaron seis chimpancés, y se comparó su comportamiento con el de 20 niños (de dos a siete años). A los animales se les recompensaba con comida, y a los chicos con pegatinas. Según el color de la ficha que el primero de los componentes de cada pareja eligiera, así se repartiría el premio entre él y el otro componente. La conclusión es que en ambos casos, simios y personas, la tendencia era a usar el sistema más justo: el que facilita un reparto al 50%. 

 “Hemos concluido que los chimpancés no solo tienen un sentido de la justicia muy cercano al de los seres humanos, sino que los animales toman exactamente las mismas decisiones que nuestra especie”, ha dicho Frans de Waal, uno de los coautores del artículo. La necesidad de colaborar es común a muchos animales, desde insectos a los más evolucionados o con mayores capacidades intelectuales, como delfines o simios. En los chimpancés, animales grupales que viven en sociedades fuertemente jerarquizadas y que son muy interdependientes, esta capacidad es fundamental. 

 Pero el parecido con los humanos llega también al grado de la injusticia. Porque si de alguna manera el individuo que hacía la elección primera podía imponerse al otro, entonces en ambos casos, niños y primates, elegía la opción con la que recibía una recompensa mayor.