lunes, 9 de abril de 2012

Rasquera decide mañana el futuro de la plantación de marihuana


Una consulta decidirá si instalar un cultivo de cannabis para sanear las cuentas municipales. Los vecinos también votarán sobre un paquete de medidas anticrisis.

La localidad de Rasquera (Ribera d'Ebre) decidirá este martes si finalmente sale adelante uno de los proyectos que más controversia ha levantado en los últimos tiempos en Cataluña. El alcalde, Bernat Pellisa, pide el apoyo del pueblo para aprobar una plantación de cannabis en terrenos municipales. Este proyecto, que cedería las plantas a la Asociación Barcelonesa Cannábica de Autoconsumo (ABCDA) a cambio de un importante retorno económico, está englobado en un paquete de medidas del pleno del Ayuntamiento de Rasquera, y que ahora pone a decisión de los ciudadanos, para poder sanear las cuentas municipales.

Pero los vecinos de Rasquera no solo votan la plantación de marihuana, también un paquete de medidas anticrisis aprobadas por el pleno municipal del día 29 de febrero. Este es uno de los puntos de tensión entre el Ayuntamiento y los partidos de la oposición. Convergència i Unió cree que la pregunta debería centrarse solo en la macroplantación de cannabis y no en todo el conjunto de medidas ya aprobadas por el pleno.

La pregunta, sin embargo, no es solo el punto de discordancia entre unos y otros. El presidente del Consell Comarcal de la Ribera d'Ebre, Jordi Jardí (CiU) ha denunciado que miembros de la Asociación Cannábica de Barcelona se han empadronado en Rasquera los últimos días para poder votar a favor de la plantación de cannabis.

Hasta el día que se cerró el padrón municipal, según denuncia Jardí, se empadronaron hasta 80 personas de la asociación barcelonesa, el 9% del total de la población. El presidente del ente comarcal cree que la consulta popular organizada por el Ayuntamiento "no será vinculante", ya que se permitirá el voto de personas extranjeras no comunitarias, además de las personas que se han empadronado los últimos días. Jardí defiende que tendrá que ser la justicia la que tenga la última palabra en este proceso y ha denunciado que ante esta prácticas de "invitar a participar a gente que no pueden dar su opinión en otras contiendas electorales", "ya esta todo dicho".

Pellisa desmiente este incremento del padrón. Según los datos facilitados por el alcalde, la población de Rasquera, desde el día 31 de enero hasta el día que se cerró el padrón de la consulta, solo se ha visto incrementada en cinco personas. Actualmente, según Pellisa, hay 940 personas empadronadas.

El alcalde ha planteado la consulta como un plebiscito a su persona. Necesita el 75% de votos para sacar adelante el plan de medidas anticrisis y si no se acaba aprobando ha asegurado que todo el gobierno municipal dejará el cargo en bloque. Esta medida de fuerza parece que se le puede volver en contra. Rasquera, desde 2003 gobernado por Esquerra, ve ahora la posibilidad de tumbar a un alcalde puesto en duda los últimos tiempos. Los independentistas en las elecciones del pasado mayo de 2011 consiguieron cuatro concejales, por delante de tres de CiU. A pesar de la mayoría absoluta, es la vez que Esquerra ha obtenido los resultados más ajustados desde 2003. El pueblo, hasta el 2003, y durante las dos últimas legislaturas (1995-2003), había sido gobernado por CiU con la totalidad de los concejales del Consistorio.

Ante la imposibilidad de celebrarse elecciones hasta el próximo ciclo electoral municipal, en el caso de que el plan anticrisis no salga adelante, el municipio será gobernado por los tres concejales de CiU y sin oposición. La lista de Esquerra, los tres concejales restantes y los suplentes, según se ha explicado desde el equipo de gobierno, correrán y se quedarán los escaños municipales sin representación. Con la excusa de la macroplantación, parece que el pueblo de Rasquera se ha conjurado para no poner las cosas fáciles al actual alcalde. Algunos vecinos, los más jóvenes, también explican que la posibilidad de forzar la dimisión del equipo de gobierno ha abierto la puerta a que se plantearan el voto negativo a la plantación a pesar de ver con buenos ojos el cultivo.

Las horas previas a la consulta se han vivido con normalidad en Rasquera. En las calles y los bares se habla de la consulta pero se evitan debates airados o posicionamientos claros. Los dos bandos, según han explicado vecinos de Rasquera, viven este conflicto con fervor pero con prudencia. "Actualmente el pueblo está dividido y la gente no habla de ello para evitar aún más confrontación", explica una vecina que no quiere hacer público su nombre. Las asociaciones del municipio tampoco han querido tomar partido en esta batalla. Sin ir más lejos, la asociación de jóvenes, que engloba a los jóvenes del municipio, no se ha posicionado. Dentro de la asociación hay gente que está a favor y gente que está en contra del proyecto del alcalde.

Ser un pueblo de menos de un millar de personas todavía complica más el debate. Todo el mundo se conoce y eso ya ha llevado a algún momento de tensión. Dos bares del pueblo se han posicionado, respectivamente, a favor y en contra de la macroplantación de marihuana. En uno de los dos, en la terraza, durante una conversación entre clientes sobre la consulta popular de hoy el ambiente se fue calentando con vecinos del pueblo que pasaban por delante, conocidos defensores de la postura contraria a los clientes. El incidente, sin embargo, no fue a más.

El conflicto se ve agravado por el continuo goteo de rumores que ambas partes han lanzado los últimos días para enrarecer el ambiente. Las dos partes iniciaron esta particular campaña que en pueblos pequeños tiene su efecto asegurado.

Los vecinos de Rasquera podrán votar durante 12 horas, desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche.

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