martes, 31 de enero de 2012

Érase una vez en Facebook


'Historia de una cucaracha', uno de los libros de la editorial Cuento de luz.

Cuento de luz es, tras Disney, el sello infantil más seguido en la red social. El 70% de sus ventas se producen fuera de España


Todavía no han pasado dos años desde su fundación y la editorial infantil Cuento de luz, nacida en el garaje madrileño de Ana Eulate, exhibe resultados envidiables: 25 libros que son verdaderas joyas; cuatro premios en Estados Unidos y Londres por la calidad de sus textos e ilustraciones; el 70% de sus ventas fuera de España y casi 150.000 seguidores en Facebook, lo que la convierten en la segunda editorial infantil más seguida en esa red social, después de Disney.

En la actual época de crisis —económica y de valores— no está nada mal. Pero para la fundadora de Cuento de luz lo importante no son las cifras, sino los contenidos. “Si la editorial ha funcionado bien es por su filosofía”, asegura. “Nuestra idea siempre ha sido promover mensajes con valores universales, contar historias que dejen entrar la luz, que despierten y estimulen la imaginación de los niños y también de los adultos, cuentos que iluminen no que adormezcan”, explica Eulate, que empezó a escribir a los seis años y desde entonces no ha parado.

Durante la pasada edición de Book Expo America, en Nueva York, la versión inglesa de su libro Cuerpo de nube ganó la medalla de plata en los Living Now Awards, y otros dos títulos de su catálogo fueron distinguidos por sus ilustraciones.

Su biografía profesional pudiera parecer contradictoria, incluso ajena a su sensibilidad y actuales proyectos. Ana ocupó varios puestos en el antiguo Ministerio de Economía y Hacienda, en Madrid, estuvo destinada como Agregada Comercial de la Embajada de España en Rio de Janeiro y después en la Dirección General de Relaciones Exteriores de la Comisión Europea, en Bruselas, hasta que un día dio un giro su vida y se atrevió a realizar su sueño: publicó sus cuentos y ser editora.

Desde hace un par de años vive dedicada por completo a “construir puentes que estimulen la reflexión” y a plantar semillas de amor en los más pequeños. A algunos les puede sonar cursi. Pero Ana es de las que piensan que no hay que sentirse orgulloso por defender estos valores en estos tiempos de inmediatez y banalidad.

Algunos de los textos publicados por Cuento de Luz resaltan la importancia de la tolerancia. Otros educan en la necesidad de cuidar nuestro planeta, o de promover la paz entre los hombres, no la guerra. Los latidos de Yago, por ejemplo, habla del respeto a la diferencia, y lo hace mediante la relación que establece una caracola con un niño que va en silla de ruedas y se comunica con él a través de los latidos de su corazón.

“¿Se puede bailar desde una silla de ruedas? ¿Se puede cantar sin saber hablar? ¿Se pueden contar historias a través de una mirada?, se pregunta en el texto Conchita Miranda, su autora, vicepresidenta de la Fundación sobre Ruedas y en la vida real madre de Yago, un niño con parálisis cerebral. Esta es otra de las claves de Cuento de Luz. Siempre que puede, la editorial va un poco más allá de la literatura y se vincula a proyectos solidarios.

Al menos una vez al año cede los derechos de alguno de sus libros a una organización sin ánimo de lucro. Ahora, por ejemplo, trabaja en un proyecto con la Fundación Cometa, que construye dos escuelas en Afganistán y acaba de terminar El cielo de Afganistán que se publicará en marzo y habla de los sueños de una niña afgana.

Que una editorial como esta esté arrasando en Facebook se explica porque la gente ha conectado con “un mensaje que esta por encima de las nacionalidades, las razas o la ideología”, cree Eulate. Más de 120.000 seguidores en su página en español y 30.000 en la inglesa lo confirman. ¿En qué se traduce tal éxito?' Sin ninguna duda, en la promoción y en las ventas. Su catálogo se comercializa ya en EE UU, Canada, Argentina, México, Colombia y otros países de América. ¿Marketing? Sí, sin duda. Pero sobre todo el corazón de sus historias.

MAURICIO VICENT

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