lunes, 31 de octubre de 2011

Un millar de abrazos para el Niemeyer


Una cadena humana formada por unas mil personas rodea los edificios del centro cultural y corea consignas a favor de su continuidad


Un millar de personas abrazó ayer los edificios del Centro Niemeyer en un gesto de apoyo al equipamiento cultural, cuyo futuro está en tela de juicio por el pulso que mantienen el Gobierno del Principado y la fundación que lo gestiona. El abrazo se consiguió con una cadena humana que fue rodeando cada uno de los edificios que conforman el centro: el auditorio, la cúpula y la torre. Unos pocos lo intentaron también con el edificio de servicios múltiples, pero la cadena no daba para tanto. Al final, la multitud se dispuso con las manos entrelazadas alrededor de todo el perímetro de la plaza. La de ayer fue la tercera concentración ciudadana en la plaza del Niemeyer para apoyar al centro cultural. También la menos numerosa, tras descolgarse de la convocatoria varios de los colectivos que convocaron las anteriores que lograron reunir cerca de 4.000 y unas 5.000 personas respectivamente.

«¡Esta cadena, abraza al Niemeyer!» coreaban los manifestantes, al tiempo que -imitando una especie de danza prima- se balanceaban hacia delante y hacia atrás en torno a los edificios del centro cultural. Avelina González Fernández casi pierde el bolso con tanto ajetreo en el corro ciudadano. «Es lo de menos», dijo. «Todos tenemos que estar aquí hoy, ¡todos! Soy avilesina y defiendo mi ciudad. Lo que es bueno para mi ciudad es bueno para mí», manifestó. El matrimonio formado por José Manuel Suárez y María José Fernández, de Corvera, no se ha perdido ni una sola de las manifestaciones ciudadanas en apoyo del Centro Niemeyer. «El centro es importante para Avilés y para toda la comarca. Tenemos que movilizarnos, porque la solución parece complicada», explicaron antes de unir sus manos al del resto de los ciudadanos que abrazaron ayer al Niemeyer.

Mientras las voces, cada vez más fuertes, coreaban «¡Nuestro Niemeyer no se cierra!» la avilesina Susi Suárez hablaba de «justicia». Ella y sus amigas acudieron a la concentración de ayer porque la causa que defienden «es de justicia», afirmó. «Me gustaría que todo esto acabara bien, no pueden cerrar un equipamiento cultural como este por un capricho personal», manifestó.

Los que andaban más despistados ayer a mediodía en la plaza del Niemeyer eran los turistas. La escena de un millar de personas de la mano y en corro alrededor de los edificios les resultaba cuanto menos atípica. Algunos se acercaban a preguntar, y entonces su asombro crecía aún más. «¿Que lo quieren cerrar? ¿Entonces para qué lo han hecho?», preguntaba extrañada Marisefa de Lope, una madrileña de puente en Asturias.

La concentración terminó con un sonoro aplauso final, casi una hora después del comienzo del abrazo multitudinario al centro cultural.

La convocatoria de ayer estaba promovida desde las redes sociales. En concreto, la idea partió el grupo de Facebook «Yo apoyo al Centro Niemeyer». Ese fue el motivo por el que se descolgaron de la actividad algunos de los convocantes de las concentraciones anteriores, como es el caso de la Unión de Comerciantes (Ucayc) y los sindicatos UGT y CC OO. Estos colectivos explicaron que la concentración de ayer no se había convocado «de forma seria» y que ningún portavoz ni plataforma «está detrás de las reivindicaciones». Tras el abrazo ciudadano de ayer a los edificios no se leyó ningún manifiesto. Un «speaker» ataviado con la camiseta roja de apoyo al Niemeyer fue el encargado de organizar los grupos de personas y agradecer su asistencia, una vez concluido el acto.

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